La nutrida vegetación y los cerros dibujan un relieve pintoresco y acogedor en Escaba de Abajo, ubicado a unos 100 kilómetros al oeste de Alberdi, por la ruta 308. En medio de esa postal. la muerte de una bebita recién nacida conmueve a los vecinos. Y el impacto se hace más fuerte ante la posibilidad de que la madre, Magdalena Delia Sosa, de 31 años, haya sido la autora del hecho.
Luego de alumbrar a la criatura, el lunes a la noche, la mujer podría haberla asfixiado con un plástico de color azul, según las primeras hipótesis de la policía.
Sin embargo ningún lugareños cree que la mujer haya sido capaz de semejante actitud. “No, no puede ser. Es una chica muy buena que hasta hace poco fue catequista de la iglesia del Sagrado Corazón. Dejó de serlo para dedicarse a su hijito de 2 años. Algo malo sucedió con ella, pero no mató al chiquito”, dijo Érica Cisterna, una de las vecinas que la defendió de las críticas.
Magdalena vive con su abuela Juana Elena Tula y su hijo en una humilde vivienda ubicada en inmediaciones del cementerio local y de la iglesia. Ayer la mujer permanecía internada en el hospital de Concepción recuperándose de la severa descompensación que sufrió tras el parto que tuvo en su casa sin asistencia médica.
Desconocimiento
“No sabía que estaba embarazada. Nunca me comentó nada y no le noté. La cuestión es que el domingo salimos a juntar leñas. Cargó un paquete pesado. Incluso subió a un árbol a quebrar una rama. Después cargamos el maíz para los animales”, comentó doña Juana, de 76 años.
“Aquí una misma tiene que arreglarse sola con todas las necesidades, porque nadie sabe de nuestra necesidades en medio de ésta nada. Y para hacer fuego hay que salir a juntar leñas. Aquí el frío te congela hasta los huesos”, agregó.
“El domingo cuando regresamos de traer la leña mi nieta se sintió mal y se acostó. Le pregunté si íba a tomar mate y me dijo que no porque le dolía el estómago. Después a la mañana amaneció peor. Marcela, una vecina, fue la que llamó una ambulancia desde el CAPS y la se la llevaron al hospital”, relató la abuela.
Doña Juana dice que advirtió restos de sangre en la cama de su nieta cuando entró a la habitación para ayudar a ser levantada cuando llegó la ambulancia. Y después se sorprendió cuando llegaron los policías acompañados por funcionarios judiciales y descubrió el cuerpo del bebé. “Debe haber muerto por demora en el parto o por el esfuerzo que realizó mi nieta cargando leña y maíz”, opinó.
La anciana se enteró de la versión de que su nieta habría matado a la pequeña. “Todos son rumores maliciosos, malintencionados. Mi nieta es incapaz de hacer semejante cosa. Insisto que algo le pasó con la mala fuerza que hizo. Y todo porque aquí nadie te da una mano. Se vive con mucho sacrificio”, sostuvo cuando fue entrevistada por LA GACETA.
Según dijo la abuela, Magdalena trabaja como empleada doméstica. “Va a diferente casas a limpiar o a planchar. Y yo tengo una pensión”, concluyó.
Al cierre de esta edición, el fiscal Miguel Varela esperaba el informe del forense para definir la situación procesal de la presunta filicida.